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Close-up view of the middle section of three totem poles. In the frame are a human face, a wolf, and a raven.

El museo Nisga'a Museum: Repatriación de lo que pertenece a los indígenas y preservación de la cultura

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Al repatriar lo que les pertenece y al reproducir sus postes perdidos, los Nisga’a no solo están reclamando lo que es suyo por derecho, sino que se aseguran de que su modo de vida tradicional y su legado permanezcan intactos, con un recorrido cultural tras otro.

The Nisga'a Museum | Grant Harder

SANANDO CON LOS NISGA'A

De pie en el sendero de Ksi Wil Ksi-Baxhl Mihl o “Arroyo del Cráter”, es difícil no sentir un gran asombro al contemplar el paisaje de los campos de lava bordeados de montañas. Esta enorme extensión de roca volcánica nos recuerda cuando el volcán Tseax hizo erupción, aproximadamente en 1780. Por aquel entonces, una serie de explosiones vertieron lava caliente en el Río Tseax, creando así una presa y formando el Lago de Lava. Luego, el flujo de lava continuó hacia el norte, hacia el Río Nass, llenando el fondo plano del valle, destruyendo al menos dos aldeas indígenas y matando a unas 2000 personas con incendios y con lo que los ancianos Nisga’as llamaban “humo venenoso”.

Las llanuras volcánicas negras tienen una extensión de 32 km y una profundidad de hasta 12 m, y gran parte de la roca está ahora cubierta de líquenes coloridos. En algunos lugares se ha formado tierra y han empezado a crecer árboles, señal de que la tierra está sanando lentamente. Esta misma sensación de sanar también la está viviendo la nación Nisga’a, algo que se hace más evidente a medida que pasa tiempo en las tierras Nisga’a.

EL MUSEO NISGA'A
Aprendiendo sobre la historia Nisga'a del Maestro Tallador | Northern BC Tourism/Christos Sagiorgis
El MAESTRO TALLADOR CALVIN MCNEIL SOBRE LA HISTORIA, LA CULTURA Y EL PUEBLO DE LAS TIERRAS NISGA'A

Duración -

APRENDIENDO SOBRE LOS NISGA'A

La Nación Nisga’a es una de las docenas de Primeras Naciones culturalmente únicas de la Columbia Británica. Está formada por 7000 personas que viven en toda la provincia, incluyendo cuatro pueblos situados en el valle del Río Nass, en el noroeste de la Columbia Británica. Este valle ha sido el hogar del pueblo Nisga’a desde tiempos inmemoriales, pero fue declarado Tierra de la Corona en la década de 1880. Tuvieron que pasar 113 años para que los gobiernos de Canadá y la Columbia Británica llegaran a un acuerdo con la Nación Nisga’a, pues fue el 11 de mayo de 2000 cuando se llegó al Acuerdo Final Nisga’a, el primer tratado moderno en la Columbia Británica. 

Este Acuerdo otorga al pueblo Nisga’a derechos que incluyen la propiedad de 2019 kilómetros cuadrados de tierra, una asignación anual de salmón y otros alimentos tradicionales, y financiamiento para prestar servicios sanitarios, educativos y sociales. Este tratado también prevé la devolución de objetos culturales y la administración conjunta del Anhluut’ukwsim Laxmihl Angwinga’asanskwhl Nisga’a, o “Parque Conmemorativo del Lecho de Lava Nisga’a”

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El bosque Drowned Forest a lo largo del recorrido en auto Nisga'a Auto Tour | Northern BC Tourism/Andrew Strain

De vuelta al recorrido en auto, que es un paseo autoguiado por las Tierras Nisga’a que combina elementos naturales con enseñanzas culturales, hago una parada en el núm. 7 de Wilp T’aam Lax- Sankw’ax, que es el Centro para Visitantes del parque. Aquí me entero que este fue el primer parque provincial que dio a los visitantes la oportunidad de contemplar las características naturales del paisaje desde una perspectiva indígena. Es este sutil cambio de perspectiva, distinta al punto de vista colonial, lo que invita a contemplar la tierra y la cultura de manera más holística y empieza a darnos una idea de la profunda conexión que tiene el pueblo Nisga’a con sus tierras.

Al llegar al núm. 16 de Wilp-Adokshl Nisga’a, que es el museo Nisga’a Museum, me recibe Kaitlyn Stephens, una de los jóvenes guías del museo. La mayor parte del personal del museo es Nisga’a, y a medida que más jóvenes reciben capacitación para trabajar en museos, se espera que con el tiempo todos dominen esta actividad. Stephens comienza la visita al museo diciendo que las instalaciones se inauguraron en 2011 como parte del tratado y se construyeron expresamente para albergar los más de 300 objetos ancestrales que fueron repatriados de los museos Canadian Museum of Civilization y Royal BC Museum. Explica que los objetos expuestos son algo más que piezas de arte; son representaciones físicas de su cultura y contienen de todo, desde lecciones morales hasta enseñanzas espirituales e información sobre el modo de vida Nisga’a. 

EL RECORRIDO NISGA'A AUTO TOUR
Up-close view of Nisga'a wood-carved masks.
Nisga'a Museum | Northern BC Tourism/Christos Sagiorgis

LA CULTURA SE COMPARTE CONTANDO HISTORIAS

De pie frente a una máscara que había sido devuelta de un museo gubernamental a sus legítimos propietarios, Stephens nos comparte un mito que le contaron. Hace mucho tiempo, dos niños estaban pescando salmones. Uno de ellos clavó un palo en el lomo de un salmón, le prendió fuego y lo devolvió al río. El segundo cortó el lomo de un salmón y le puso piedras, lo que hizo que el pez flotara de lado. Mientras los niños se reían de los peces luchando por sobrevivir, un anciano los vio y les advirtió que no abusaran de la naturaleza. Entonces la tierra empezó a temblar y a sacudirse. Como la armonía de la naturaleza se había alterado, el volcán entró en erupción.

Mientras la gente huía, surgió un ser sobrenatural conocido como Gwaxts’agat. Uno, o quizá dos Gwaxts’agat utilizaron sus largas narices para bloquear el avance de la lava y salvar al pueblo nisga’a que quedaba; esto está representado por la máscara de madera repatriada con la larga nariz recta que estábamos viendo, según nos cuenta Stephens. “Cuando los científicos vinieron hace poco, vieron una línea recta donde se detiene la lava. Ellos no podían explicar esto”, nos dice Stephens.

La comunidad costera de Gingolx | Grant Harder

Los indígenas de Columbia Británica y de todo Canadá sufrieron muchos horrores con la colonización. Fueron diezmados por enfermedades y expulsados de sus tierras ancestrales, y sus culturas fueron proscritas. Parte de la criminalización de sus culturas consistió en la eliminación o destrucción de todos los signos externos de su espiritualidad, patrimonio y arte. En el caso de los Nisga’a, esto significó que su casa monumental y sus postes conmemorativos fueron derribados y sustraídos por misioneros y agentes indios federales que los vendieron a comerciantes. Los objetos más pequeños, desde los sagrados hasta los cotidianos, también se vendieron para obligar a los Nisga’a a asimilarse.

Stephens cuenta que algunos de los suyos trataron de esconder ropajes y otros objetos ancestrales, pero los atraparon. Todo lo que habían escondido fue recogido y quemado. Así que dice que se las ingeniaron mejor para esconder cosas. “Tomaron los postes de las casas que habían cortado y los metieron dentro de sus casas. También enterraban cosas”, dice Stephens. “La gente todavía encuentra cosas que estaban escondidas”. Luego me enseña un viejo tocadiscos. “Hasta utilizábamos su tecnología”. Explica que cuando sus antepasados cantaban sus propias canciones, alguien estaba atento y “si alguien venía, ponían rápidamente un disco”.

Al aprender de Stephens mientras explica en qué consisten los objetos del museo, empiezo a entender por qué las visitas son guiadas por jóvenes Nisga’a. Tener la oportunidad de aprender sobre esta Nación directamente de un miembro de ella ayuda al entendimiento entre culturas, pero lo que ocurre con el joven personal del museo es aún más importante. “Somos un museo enfocado en contar historias”, dice Theresa Schober, directora y curadora del museo. “Así que los jóvenes suelen enseñar mientras aprenden”. Esto es algo que, según ella, ayuda a los jóvenes a sentirse orgullosos de su cultura y a establecer una conexión con sus mayores.

Hacer que los visitantes se introduzcan en la cultura Nisga’a es importante, pero “¿dónde preferirías aprender sobre los Nisga’a? ¿Aquí o en una institución europea?”, pregunta Schober, y afirma que esta es sólo una pequeña parte de la función del museo. “Estos son bienes culturales que fueron sacados del valle desde finales de 1800 hasta principios de 1900”. Schober prosigue: “El museo da a los ciudadanos la oportunidad de interactuar con sus propias posesiones ancestrales”. Schober explica que, en la temporada baja, el museo se cierra a las visitas públicas para dar al pueblo Nisga’a la oportunidad de volver a conectarse con sus pertinencias y restablecer en privado sus relaciones culturales sagradas, algo que les es esencial para sanar.

Preservación de las artes y la cultura en el museo Nisga'a Museum | Northern BC Tourism/Mike Seehagel

REPATRIACIÓN DE POSESIONES ANCESTRALES

Como aliada, y no como miembro de la Nación, Schober dice que otra función del museo es empezar a identificar los objetos Nisga’a que se encuentran en museos de todo el mundo. “Los bienes culturales que custodia el Nisga’a Museum proceden de solo dos instituciones”, afirma. El plan ahora es enfocarse en aumentar el espacio de su colección (y esperar la oportunidad de utilizarlo), y al mismo tiempo, buscar en las bases de datos de otras instituciones. Uno de los problemas es que, con las prisas por adquirir pertinencias indígenas, aquellos coleccionistas de antaño no prestaron mucha atención a la procedencia de las cosas, por lo que “es probable que haya bienes culturales Nisga’a mal etiquetados”.

Aunque la repatriación podría ser el objetivo final, el tallador Calvin McNeil sabe que quizás no sea posible recuperarlo todo. En el taller de tallado de la parada núm. 15 de Laxg – alts’ap Village, McNeil está trabajando en una réplica del Poste del Águila y el Lenguado de Laay’, un poste ancestral que actualmente se encuentra en el museo Museum of Anthropology (MOA) de Vancouver. Se cree que fue tallado entre 1860 y 1870 por un tallador del Río Nass llamado Oye’a’, pero el antropólogo canadiense Marius Barbeau se llevó el poste del pueblo de Git’iks a finales de la década de 1920. 

Según McNeil, el poste debió haber hecho un largo viaje después de haber sido derribado y de flotar en el río. Y no fue hasta 1975 que los restos fragmentados fueron reincorporados y reparados por un maestro tallador Nisga’a, Norman Tait (20 de mayo de 1941 – 21 de mayo de 2016) para luego exhibidos en el MOA. Aun así, McNeil afirma que faltan partes del poste, incluyendo la sección central, la caja decorativa que sostiene Hagwi’look’am ts’im-aks (el hombre de abajo), varias garras talladas y el águila de la parte superior del poste.

Un padre transmite sus conocimientos a su hijo | Northern BC Tourism/Christos Sagiorgis

Así que, al igual que lo hizo Tait, McNeil busca pistas en fotografías y pinturas históricas, al tiempo que utiliza fotos actuales del MOA para rastrear las líneas talladas de Oye’a y Tait. Mientras habla, McNeil toma uno de los brazos de Hagwi’look’am ts’im-aks. Nunca pudo conseguir una buena fotografía de la caja que sostenía Hagwi’look’am ts’im-aks. En su lugar, tiene una vieja foto que muestra la copia mal hecha del original, pero dice que obtuvo el permiso del propietario ancestral del poste para “hacerlo Nisga’a” y tallarlo de modo que la línea de la forma sea la correcta. Ahora, dice, el siguiente reto es construir los brazos articulados valiéndose solo de una fotografía. “Ninguno de los talladores con los que he hablado sabe cómo hacerlos (los brazos). Esto no se ha hecho en 200 años”.

“Pero ellos dicen que tengo lo que se necesita”, continúa, “así que seguiré el protocolo y confiaré en el proceso. Creeré en que los antepasados me dejaron suficientes pistas para seguir adelante”.

“Cuando este poste se erija, volverá a contar la historia de quiénes somos”, dice McNeil. “Así que al tallarlo como réplica (los antepasados) en realidad me están enseñando, como tallador, a contar una historia que no conocía”.

McNeil dice que preferiría que trajeran el poste genuino a su sitio original porque culturalmente se considera su antepasado y es importante tener acceso a los objetos del museo, pero también cree que trabajar para erigir el nuevo poste de réplica es un paso vital para que su Nación sane. “Nuestras tías bisabuelas siempre decían que cuando nuestros postes volvieran a casa… cuando nuestras pertinencias volvieran a casa… todas las historias y nuestra identidad volverían a nosotros”. 

Y continúa: “Así que al intentar copiar nuestras obras de arte siguiendo las leyes y los protocolos, y al compartirlas con los jóvenes, algo de lo que se perdió regresa”.

TALLER DE TALLADO

VISITA RESPETUOSA: UNAS PALABRAS DE LOS NISGA'A

Ven con la mente y el corazón abiertos. Somos una Primera Nación distinta y autónoma, además de ser orgullosos canadienses de la Columbia Británica. Parte del placer de visitar otro país es conocer su historia y su cultura. Los Nisga’a somos famosos por nuestra hospitalidad, curiosidad y amabilidad. Esperamos que el tiempo que pases con nosotros despierte tu espíritu y que te vayas enriquecido. Recuerda, todos estamos conectados: todo y todos.

Antes de viajar a las Tierras Nisg̱a’a, prepárate: estás entrando en nuestra tierra.

Mientras nos visites, te pedimos por favor:

  • Obedecer todas las señales.
  • No pescar ni viajar por los campos interiores sin un permiso del Gobierno de Nisg̱a’a Lisims.
  • Esperar a que te inviten antes de entrar en una casa o una propiedad de alguien.
  • Pedir permiso antes de tomar fotos de personas o pts’aan (tótems).
  • Respetar los cierres: caminar, hacer senderismo, conducir, estacionarse o acampar solamente donde esté permitido.
  • Respetar la vida salvaje y mantener una distancia segura.
  • No dudes en hacer preguntas.

 

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