La capital de Columbia Británica es una joven y vibrante ciudad con un alma histórica y un entorno natural espectacular. Aquí hay mucho que ver y hacer, comer y beber, tanto que querrás pasar más de tres días explorándola. Pero ya que tienes que empezar en algún lugar, ¿por qué no empezar con este recorrido relámpago?
Los Victorianos se toman muy enserio el desayuno, así que únete a la multitud e inicia tu día desayunando unos huevos con tocino en la popular cafetería Nourish Kitchen & Café. Una vez que tengas el tanque lleno y estés listo para partir, ponte tus tenis para caminar y lánzate a explorar la ciudad.
Inicia en el pintoresco Inner Harbour, localizado justo en el corazón de la ciudad y del bullicio de los ferries y botes. Los edificios más famosos e históricos de la ciudad se encuentran aquí, incluido los Edificios del Parlamento de la Columbia Británica y el Hotel Fairmont Empress, así como el contemporáneo muelle Fisherman con sus habitantes, las focas y los mariscos frescos. Tómate el tiempo de visitar el museo Royal BC Museum y las cautivadoras pinturas de vida silvestre del artista Robert Bateman, en su galería en la restaurada Terminal Steamship.
Inscríbete a alguno de los recorridos de avistamiento de ballenas o kayak que parten desde el Inner Harbour, o bien, continúa caminando por el muelle Fisherman’s Wharf hasta llegar al Rompeolas, con su espectacular vista a la Olympic Mountain Range.
Como alternativa, si te sientes un poco hambriento te puedes dirigir al centro de la ciudad para unirte a alguno de los recorridos gastronómicos de A Taste of Victoria, durante los cuales se comparte un poco más sobre la historia de la ciudad,así como de deliciosos bocadillos del Mercado Público de Victoria, el Market Square, el Barrio Chino y más.
O puedes ir directamente de compras al área conocida como “LoJo”, la abreviación de la calle Lower Johnson. Lugar que alguna vez fuera hogar de los comerciantes que equiparon a los buscadores de la Fiebre del Oro, hoy esta área está llena de edificios del siglo XIX pintados con colores joviales que albergan bistros, boutiques y cafeterías. En el trayecto, detente para probar una cucharada de ruibarbo y jengibre en la heladería Kid Sister Ice Cream o prueba un éclair en La Roux. Termina tu recorrido en la calle Government Street con una visita a Libros de Munro, el Té de Murchie y los Chocolates Roger, para muchos de los aficionados de Victoria estos son lugares que debes visitar cada vez que vengas a la ciudad.
Por la tarde, si el clima esta agradable, puedes acudir al terraza-bar The Livet’s, o si quieres disfrutar de un coctel, cena y trivia dirígete a Northern Quarter, o bien, quédate a disfrutar del nuevo y lujoso restaurante Q at the Empress en el Fairmont Empress.
Comienza el día con un chocolatín y un poco de café en Fol Epi, compra una baguette a la leña para comerla más tarde. Si eres más del tipo que disfrutan hacer picnics pasa a Choux Choux Charcuterie por queso y paté frescos para el almuerzo.
Conduce al norte por la calle Blanshard Street, que se convierte después en la Carretera 17 y conduce a la terminal férrea Swartz Bay y al aeropuerto. En cuestión de minutos llegarás a la Península Saanich, una de las áreas agrícolas que alimenta el apetito de Victoria con productos frescos de granja.
Puedes pasar el día visitando viñedos (Church & State Wines), sidrerías (Sea Cider Farm & Ciderhouse), cervecerías (Category 12 Brewing) y destilerías (Victoria Distillers), al igual que puestos de granjas locales.
O pasa a la única ciudad del libro de Canadá, Sidney by the Sea, en donde una gran cantidad de tiendas venden libros usados, nuevos o de colección. Sidney también es hogar del Shaw Centre for the Salish Sea, en donde los jóvenes visitantes (y algunos mayores) disfrutarán jugar con todas las cosas escurridizas en las piscinas táctiles.
Si no haces ningún picnic en alguno de los 171 parques con los que cuenta Saanich, puedes detenerte a comprar papas y pescado frito (fish and chips) en The Surly Mermaid en Sidney, para después dirijirte a los Jardines Butchart. Los que alguna vez fueran una antigua cantera de piedra, hoy son un Sitio Histórico Nacional y albergan a uno de los jardines florales más increíbles del mundo.
Si quieres quedarte a cenar en la península, “de la granja a la mesa” adopta un nuevo significado en el Roost Vineyard Bistro & Farm Bakery en donde casi todo lo que ofrece se produce en su granja de cuatro hectáreas, incluyendo el trigo que muelen para preparar su pan.
En tú última mañana, sal del centro de la ciudad y explora alguno de los encantadores vecindarios de Victoria, tal vez con la ayuda de The Pedaler, el cual ofrece renta de bicicletas y recorridos en ellas, incluyendo un recorrido llamado “hoppy hour”, recorrido de cervecerías.
Un vecindario prometedor que visitar también es el Rock Bay, una pequeña comunidad escondida en medio de zonas industriales, en una esquina del Inner Harbour. Aquí encontrarás la sala de degustación de Driftwood Brewery, al igual que la Compañía Saltchuck Pie y una gran cantidad de comida en la cafetería Wheelies Motorcycles.
O bien, puedes aventurarte en el frondoso Fernwood, hogar de muchos de los artistas de la ciudad. Recorre sus calles rodeadas de casas históricas y exuberantes jardines, o pasea por Fernwood Square y disfruta de su colección de boutiques.
Date una vuelta por Mesa Familiar para tener una cena latina con tacos y ceviche, después disfruta de un show en el Teatro Belfry, una compañía de teatro profesional alojada en un edificio con más de 130 años de antigüedad.
Finalmente, termina tu tarde con una última copa y un bocadillo en el Stage Wine Bar, en dónde quizá te encontrarás planeando tu siguiente visita a Victoria.
Victoria se encuentra a una hora 35 minutos viajando en un ferry de BC Ferries desde Tsawwassen hasta Swartz Bay, después debes conducir cerca de media hora dentro la ciudad. Un sinfín de aerolíneas viajan hacia el Aeropuerto Internacional de Vancouver. Harbour Air, HeliJet y el lujoso ferry de V2V conectan el centro de Vancouver con El Puerto de Victoria.
Feature image: Victoria’s Inner Harbour, with view of the Parliament Buildings. Photo: Reuben Krabbe